El sol y el cáncer de piel, esas dudas que nos entran cuando estamos en tratamiento. ¿Qué puedo o qué no puedo hacer? Con la llegada del buen tiempo, salir, pasear, viajar, apetece mucho más. 

De sobra está, que no hay que decir que la protección frente a nuestro amigo Lorenzo, es una obligación. Proteger a nuestra piel del sol, tiene que ser para nosotros una rutina, en verano y en invierno, es decir, siempre, especialmente si estamos en tratamiento oncológico, o vamos a comenzarlo en breve.

Una exposición prudente y moderada de nuestra piel al sol, pueda darnos ciertos beneficios, como esa vitamina D tan necesaria, y ese “bienestar psicológico”, que nos da la luz solar.

Pero si esta exposición es excesiva, los efectos son perjudiciales, y de sobra, conocidos. Quemaduras, manchas, verrugas, envejecimiento prematuro, y cáncer de piel, puede ser entre otros, los problemas con los que nos encontremos si nos pasamos un “pelín” expuestos al sol.

De ahÍ, que una buena educación, dirigida a fomentar la adquisición de buenos hábitos a la hora de exponernos al sol, desde muy jovencitos, será la clave para tener una piel sana, cuidada y sin ningún tipo de problemas graves para nuestra salud como por ejemplo, el tan temido cáncer de piel.

Cáncer de piel por quemaduras solares

La exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) del sol, causa la mayoría de los casos de melanoma, el tipo de cáncer de piel más peligroso. Para reducir su riesgo, debemos proteger nuestra piel del sol, tanto si estamos en tratamiento de quimioterapia o radioterapia, como si no.

Tampoco debemos pasar por alto, nuestro tipo de piel. Los hay que somos muy blanquitos, por lo que el sol, puede afectar y quemar con más facilidad nuestra piel, y los hay cuya piel es más morenita, pero no por ello, deben de dejar de protegerse.

El cáncer de piel por quemaduras del sol, puede ocasionarse en cualquier tipo de piel, y en cualquier parte del cuerpo que tengamos expuesta.

Sol, quimio y radioterapia

Si estamos recibiendo tratamiento de quimioterapia y radioterapia, la protección frente al sol, debe ser diaria.

En el caso de la radioterapia, habrá que tener en cuenta que la zona de la piel radiada, experimentará una serie de cambios cutáneos, que dependerán en todo momento del tipo e intensidad del tratamiento radioterápico aplicado.

Ésta se vuelve más sensible y lo que se recomienda es realizar exposiciones muy cortas al sol y evitar las horas más fuertes (12’00-16’00). El protector solar lo aplicaremos cuantas veces sea necesario

Respecto a la quimioterapia, ya sabéis que ésta deshidrata mucho nuestra piel, y además de nuestro bálsamo y aceite reparador e hidratante , aplicaremos siempre, nuestro protector solar.

También, la medicación que estemos tomando o nos estén aplicando, puede aumentar la sensibilidad a la luz solar, generando quemaduras intensas en la piel.

Cómo debe ser un protector solar

Los aspectos fundamentales que definen la eficacia de un protector solar son: el nivel de protección (lo que denominamos el índice de protección solar), el espectro de las radiaciones que cubre y la manera en que nos la aplicamos.

Debe tener tener un índice de protección solar mínimo de 30. Por debajo de esa cifra, la protección puede ser  insuficiente. El más recomendable, es la de 50, y especialmente si estás en tratamiento de quimioterapia o radioterapia, y si eres de piel muy clarita.

Es importante elegir la textura adecuada para cada tipo de piel, debe ser fluida, si tienes la piel grasa, o de textura más compacta, si tienes la piel seca.

Elegiremos siempre, un protector 100% natural, para que nuestra piel, además de estar protegida, se vea también sana y brillante.

Los tipos de filtros más utilizados en protectores solares para pacientes oncológicos, son los de filtros minerales.

Estos filtros naturales son los autorizados en la cósmetica oncológica y dan una protección física no química. Ambos son hipoalergénicos

Los ingredientes a evitar en las cremas solares para pacientes bajo quimioterapia y radioterapia son los Parabenos y Phenoxyethanol. Estos componentes son derivados del petróleo y son causantes de efectos tóxicos.

Cómo se debe aplicar el protector solar

Para que la crema protectora del sol sea efectiva, necesitamos aplicar en cantidad suficiente, en todas las zonas expuestas por el sol y repetir la aplicación. La crema hidratante, siempre debe ponerse después del contorno de ojos y del sérum. Si después de aplicar la crema hidratante, nos ponemos el protector solar, será siempre antes de la base de maquillaje.

No debemos olvidar aplicar el protector solar en la parte posterior del cuello, las orejas, y el dorso de los pies. Los labios también reciben mucha radiación solar y precisan una protección especial con barras labiales que lleven agentes protectores del sol.

Es importante aplicar de forma continuada, después de bañarnos o hacer ejercicio, porque el agua y el sudor van eliminando la crema, aunque éstas sean resistentes al agua.

Protección solar en pacientes oncológicos

El paciente oncológico, debe tener un cuidado especial con el sol, ya que nuestra piel está más sensible, deshidratada. Deberemos siempre tener en cuenta, una serie de requisitos:

Protegernos del sol en todo momento, es esencial, especialmente si estamos en el proceso de un tratamiento oncológico.

Nuestra piel tiene memoria, y en cualquier momento puede sorprendernos. Va a estar con nosotros siempre, así que vamos a cuidarla y a mimarla, dándole los cuidados necesarios de hidratación y protección.

Una piel sana, es una piel bonita. Salud y belleza, siempre de la mano.